jueves, 28 de mayo de 2015

LOS NIÑOS Y LA FOTOGRAFÍA. Parte I

Resulta frecuente ver a los niños en los jardines de infantes manejando cámaras de fotos para retratar algo que hicieron o a sus compañeros o aquello que les llama la atención. Algunos reconocen con  facilidad dónde deben apretar para sacar  la foto, por dónde deben mirar y hasta hay quienes  logran usar el zoom. Pero también hay muchos que, al querer  hacer uso de la cámara, no logran sus objetivos con facilidad y autonomía.

En varias entradas de este blog se han presentado actividades en las cuales se proponía que los chicos, haciendo uso de cámaras fotográficas, capturen imágenes para  ilustrar sus ideas. Como lo señalamos, sabemos que esta no es una tarea sencilla sino que requiere de un aprendizaje que puede comenzar de manera sistematizada desde el nivel inicial. Al trabajar en esta adquisición, también se estará trabajando en pro de la comprensión de uno de los conceptos más importantes que hacen a la educación en medios: la representación. Entre el suceso real, eso que se nos presenta externo a nosotros y aquello que retratamos o retratan los fotógrafos que trabajan en los medios, se han tomado muchas decisiones sobre cómo cubrir el hecho, qué mostrar, desde qué ángulo, etc.
En esta entrada propondremos algunas actividades que posibiliten a los niños  un mejor uso de las cámaras y, sobre todo, del lenguaje fotográfico. Para ello consideramos esencial trabajar en ejercicios que tienen como fin educar la mirada. Dicha educación implica, entre otras cosas, descubrir cómo las decisiones que tomamos y las posturas que adoptamos al disponernos para sacar una foto  crean efectos que pueden subrayar, recortar,  amplificar. Son esos efectos los que  dan lugar a representaciones que connotan formas de mirar el mundo y de mirarse a sí mismo.
Para estas primeras  actividades necesitamos de  “cámaras imaginarias”. Las mismas son fáciles de fabricar, son muy económicas y se pueden personalizar. Sólo necesitamos cartones con un agujerito realizado con una  perforadora de papel o marcos de cartones  de distintos tamaños.  Resultan de utilidad, por ejemplo, las cajas de ravioles. Si tienen
marcos de diapositivas, bienvenidos sean.   También lo serán los tubos forrados de negro realizados con los portadores de rollos de cocina o de papel higiénico. Todos estos elementos, pueden dar lugar a lo que hemos llamado “cámaras imaginarias”.

¡Hacemos clic!

Una serie de preguntas nos servirán para guiar nuestra actividad en la sala:

¿Cómo, dónde y para qué usar las “cámaras imaginarias”?
Elegir un espacio que resulte atractivo para los niños (dentro o fuera del colegio). 
Ofrecerle a cada uno algunas de las cámaras imaginarias e invitarlos a mirar haciendo uso de ellas.

¿Qué pasa si vemos a través del orificio? ¿Todos vemos lo mismo? ¿Por qué? ¿Todos dijeron la verdad de lo que veían? ¿Por qué hay más de una verdad? ¿Una cámara fotográfica permite ver todo lo que está pasando o sólo lo que la cámara enfoca?
Invitarlos a que recorran el espacio elegido de manera libre, mirando a través del objeto dado u seleccionado entre varias opciones.
Es aconsejable que, mientras los chicos juegan, el o los docentes a cargo también puedan jugar e implicarse en la actividad. Pueden mostrar de manera indirecta, imitar lo que hacen los niños, preguntar , escuchar y luego registrar algunos de los comentarios y observaciones de los chicos a partir del uso de estos elementos y de la interacción con el grupo.

En el espacio a recorrer pueden disponer sillas u otros elementos que  les  permitan subir  y bajar. Invitarlos a que se imaginen que están de incógnita y que nadie debe descubrirlos por lo que deberían desplazarse con las cámaras arrastrándose. ¿Qué ven al mirar a través de sus cámaras? ¿Cómo se ven a las personas que están paradas?
Los recorridos podrían realizarlos mientras escuchan una música y solicitarles que se detengan quedándose  quietos como estatuas apenas se detiene el sonido.
La idea es que puedan expresar qué ven desde el punto y la postura (angulación) en la que quedaron al mirar “a través de”, así como también,  lo que no pueden ver desde esa ubicación. 

Algunas preguntas posibles que podrían ayudar a reflexionar sobre lo hecho:
¿Por qué hay cosas que se ven y otras que no? ¿Cómo se ve lo que estás viendo? ¿Se ve en un tamaño grande o chico? ¿Por qué? 

A partir de estas actividades, los niños podrían comenzar a identificar los efectos que pueden lograrse  de acuerdo a la cercanía o lejanía  respecto a lo que se observa y la inclinación que se le de a la cámara.

Otra actividad para que los niños dirijan sus miradas a través de las cámaras imaginarias, y realicen encuadres, se desarrolla en esta serie de consignas:  
-Miren solo el ojo de uno de un compañero (plano detalle) ¿Por qué lo miran desde ahí? ¿Cómo se ve el ojo? ¿Se  ubicaron lejos o cerca del compañero elegido  para poder mirar el ojo?
-Ahora vuelvan a mirar  a través de la cámara, pero, esta vez, los dos ojos de este compañero. Luego, los dos ojos y la nariz. Ahora, súmenle la boca, la cara. ¿Ven toda la cara? ¡Paren ahí!

Es común, al dar esta consigna, que a los niños les divierta el ir alejándose y se sientan estimulados a relatar de manera espontánea  lo que hacen y los cambios en el encuadre según su posición y las decisiones tomadas. Como por ejemplo, las que realizó Agustina en una sala de 3 años del nivel inicial:

-“Me voy más atrás…¡Ahora lo veo todo hasta las piernas!” Esta observación da cuenta de un encuadre  de  plano entero. Mientras que la siguiente de un plano general.
- “Más, más atrás… Julián está jugando con un autito al lado de la biblioteca. Ana está sentada leyendo

También pueden pedirles a los niños que elijan un muñeco u objeto y que dibujen solo lo que ven según cómo ubican el marco sobre este o respecto a este. Estimularlos a que presten atención no solo a lo que queda dentro del marco sino también a lo que queda afuera. ¿Queda poco o mucho de este personaje u objeto afuera de tu dibujo?

Es fundamental  motivarlos a que observen lo que cada uno hace y que presten atención y dialoguen, de acuerdo a sus posibilidades, sobre las decisiones y producciones realizadas por sus compañeros.
Para dar un cierre a estas actividades también se puede poner a disposición de la sala una o  varias cámaras fotográficas "reales".  Si existe la posibilidad, sería interesante descargar en una PC, junto a los niños, las fotos sacadas para  compartir con ellos lo realizado. Tal vez no todos los niños pueden realizar representaciones figurativas a través del dibujo  pero sí todos podrán sacar fotos. Por este motivo este aprendizaje es tan importante. 

En una próxima entrada presentaremos otras  actividades para continuar favoreciendo la educación de la mirada.
 
Los niños y la fotografía. Parte II. Más acerca de los diferentes puntos de vista y el uso de la cámara fotográfica.

Bibliografía:
Dussel, I y Gutierrez, D: Educar la mirada. Bs As. Manantial, Flacso, OSDE, 2006.
Garriguet, E: El cine como estrategia didáctica. Bs As. Nazhira, 2013