viernes, 10 de julio de 2015

Textos multimodales: palabras e imágenes en colaboración

Desde hace un tiempo, los emojis están saltando de los chats a las páginas de los libros. Simples y cotidianos, dan cuenta de una nueva forma de comunicarse que nace de la síntesis, la brevedad y la tecnología. A simple vista, estos símbolos propios de la escritura digital podrían incluirse en el tradicional concepto de paratexto, es decir, el conjunto de elementos que salen al encuentro del lector, para anticiparle el texto, antes de que lo lea: títulos, ilustraciones, epígrafes, datos de publicación, por ejemplo. Sin embargo, en una oración formada por palabras y dibujos, la función de lo icónico es aportar significados que completen, más que acompañar lo escrito.




Así, la relación entre las palabras, los colores, las tipografías y las imágenes se puede profundizar hasta descubrir nuevos sentidos sobre el contenido, cuando se consideran, a la vez, distintos aspectos comunicativos. Lo lingüístico, lo visual y la ubicación de los objetos en la página se integran en un solo material: el texto multimodal.









Analizamos
Primera lectura. Miren con atención el libro que estén por leer. O alguno que tengan a mano.
-Portada, colores, imágenes, solapas, fotos, título, lugar de edición, índice, contratapa… 
¿Qué elementos les permiten hacer suposiciones sobre el  contenido?
-Incluso, si continuaran leyendo paratextos, hasta podrían inferir para qué tipo de lector fue escrito. 

Segunda lectura.  Miren y elijan alguno de los siguientes textos multimodales.  





Entonces, comparen en uno, dos, tres pasos:
-¿Cuáles son las  diferencias entre la primera y la segunda lectura?
-¿Qué información obtienen en cada una?
-¿Qué elementos nuevos aparecen en el texto multimodal? ¿Qué relación pueden establecer entre las palabras y los dibujos de las ilustraciones?

Producimos

Hacia el lenguaje multimodal.  Da lo mismo leer en papel o desde una pantalla. Hay multimodalidad  en cualquiera de los dos soportes, cuando lo icónico y lo verbal  se interrelacionan hasta tal punto que las historias se presentan con valor agregado. A propósito, ¿se animan a crear un texto ilustrado?
-Fragmento literario, historia, poesía o cualquier otro material escrito. (Incluso, ¡lo producido por  ustedes!). Seleccionen lo que más les guste.
-Ideas centrales y palabras clave. Sirven para identificar los conceptos que van a comunicar.
-Dibujos simples. Pueden hacerlos, escanearlos o buscarlos en la Web.
-Oraciones cortas. En cada una, busquen reemplazar algunas palabras por dibujos (verbos, sustantivos, por ejemplo).
-Borrador en papel. ¡Ilustración! Es el momento de intervenir el texto. Tengan en cuenta: la carga expresiva de las tipografías, las reglas de composición de la imagen y el uso del color.
-Herramientas digitales. Prueben:

https://www.canva.com/                            http://edu.glogster.com/                            http://www.scribus.net/

Compartimos
-Canales de comunicación. Imprimir el texto ilustrado como póster o  publicarlo en las redes… Según el tema, la intención y el público al que va dirigido, ¿de qué forma les parece mejor difundir su producción? ¿Por qué?

Encontrá más ejemplos en: álbumes biográficos y libros ilustrados.