Resulta
frecuente ver a los niños en los jardines de infantes manejando cámaras de
fotos para retratar algo que hicieron o a sus compañeros o aquello que les
llama la atención. Algunos reconocen con
facilidad dónde deben apretar para sacar
la foto, por dónde deben mirar y hasta hay quienes logran usar el zoom. Pero también hay muchos
que, al querer hacer uso de la cámara,
no logran sus objetivos con facilidad y autonomía.
En varias
entradas de este blog se han presentado actividades en las cuales se proponía
que los chicos, haciendo uso de cámaras fotográficas, capturen imágenes para ilustrar sus ideas. Como lo señalamos, sabemos
que esta no es una tarea sencilla sino que requiere de un aprendizaje que puede comenzar
de manera sistematizada desde el nivel inicial. Al trabajar en esta adquisición,
también se estará trabajando en pro de la comprensión de uno de los conceptos
más importantes que hacen a la educación en medios: la representación. Entre el
suceso real, eso que se nos presenta externo a nosotros y aquello que
retratamos o retratan los fotógrafos que trabajan en los medios, se han tomado
muchas decisiones sobre cómo cubrir el hecho, qué mostrar, desde qué ángulo,
etc.
En esta
entrada propondremos algunas actividades que posibiliten a los
niños un mejor uso de las cámaras y, sobre todo, del lenguaje fotográfico. Para ello consideramos esencial trabajar
en ejercicios que tienen como fin educar la mirada. Dicha educación implica,
entre otras cosas, descubrir cómo las decisiones que tomamos y las posturas que
adoptamos al disponernos para sacar una foto crean efectos que pueden subrayar,
recortar, amplificar. Son esos efectos
los que dan lugar a representaciones que
connotan formas de mirar el mundo y de
mirarse a sí mismo.
Para estas
primeras actividades necesitamos de “cámaras imaginarias”. Las mismas son fáciles
de fabricar, son muy económicas y se pueden personalizar. Sólo necesitamos
cartones con un agujerito realizado con una
perforadora de papel o marcos de cartones de distintos tamaños. Resultan de utilidad, por ejemplo, las cajas
de ravioles. Si tienen
marcos de
diapositivas, bienvenidos sean. También
lo serán los tubos forrados de negro realizados con los portadores de rollos de
cocina o de papel higiénico. Todos estos elementos, pueden dar lugar a lo que
hemos llamado “cámaras imaginarias”.
¡Hacemos clic!
Una serie de
preguntas nos servirán para guiar nuestra actividad en la sala:
¿Cómo, dónde
y para qué usar las “cámaras imaginarias”?
Elegir un
espacio que resulte atractivo para los niños (dentro o fuera del colegio).
Ofrecerle a cada uno algunas de las cámaras imaginarias e invitarlos a mirar
haciendo uso de ellas.
¿Qué pasa si vemos a través del orificio?
¿Todos vemos lo mismo? ¿Por qué? ¿Todos dijeron la verdad de lo que veían? ¿Por
qué hay más de una verdad? ¿Una cámara fotográfica permite ver todo lo
que está pasando o sólo lo que la cámara enfoca?
Invitarlos a
que recorran el espacio elegido de manera libre, mirando a través del objeto
dado u seleccionado entre varias opciones.
Es
aconsejable que, mientras los chicos juegan, el o los docentes a cargo también
puedan jugar e implicarse en la actividad. Pueden mostrar de manera indirecta,
imitar lo que hacen los niños, preguntar , escuchar y luego registrar algunos
de los comentarios y observaciones de los chicos a partir del uso de estos
elementos y de la interacción con el grupo.
En el espacio
a recorrer pueden disponer sillas u otros elementos que les
permitan subir y bajar.
Invitarlos a que se imaginen que están de incógnita y que nadie debe
descubrirlos por lo que deberían desplazarse con las cámaras arrastrándose. ¿Qué ven al mirar a través de sus cámaras?
¿Cómo se ven a las personas que están paradas?
Los
recorridos podrían realizarlos mientras escuchan una música y solicitarles que
se detengan quedándose quietos como
estatuas apenas se detiene el sonido.
La idea es que puedan expresar qué
ven desde el punto y la postura (angulación) en la que quedaron al mirar “a
través de”, así como también, lo que no
pueden ver desde esa ubicación.
Algunas preguntas posibles que podrían ayudar a
reflexionar sobre lo hecho:
¿Por qué hay
cosas que se ven y otras que no? ¿Cómo se ve lo que estás viendo? ¿Se ve en un
tamaño grande o chico? ¿Por qué?
A partir de estas actividades, los niños
podrían comenzar a identificar los efectos que pueden lograrse de acuerdo a la cercanía o lejanía respecto a lo que se observa y la inclinación
que se le de a la cámara.
Otra
actividad para que los niños dirijan sus miradas a través de las cámaras
imaginarias, y realicen encuadres, se desarrolla en esta serie de consignas:
-Miren solo el ojo de uno de un compañero
(plano detalle) ¿Por qué lo miran desde ahí? ¿Cómo se ve el
ojo? ¿Se ubicaron lejos o cerca del
compañero elegido para poder mirar el
ojo?
-Ahora vuelvan a mirar a través de la cámara, pero, esta vez, los dos
ojos de este compañero. Luego, los dos ojos y la nariz. Ahora, súmenle la boca, la
cara. ¿Ven toda la cara? ¡Paren ahí!
Es común, al
dar esta consigna, que a los niños les divierta el ir alejándose y se sientan
estimulados a relatar de manera espontánea
lo que hacen y los cambios en el encuadre según su posición y las
decisiones tomadas. Como por ejemplo, las que realizó Agustina en una sala de 3
años del nivel inicial:
-“Me voy más atrás…¡Ahora lo veo todo hasta las piernas!” Esta observación da cuenta de un
encuadre de plano entero. Mientras que la siguiente de un
plano general.
- “Más, más atrás… Julián está jugando con un autito al lado de la
biblioteca. Ana está sentada leyendo”
También
pueden pedirles a los niños que elijan un muñeco u objeto y que dibujen solo lo
que ven según cómo ubican el marco sobre este o respecto a este. Estimularlos a
que presten atención no solo a lo que queda dentro del marco sino también a lo que queda
afuera. ¿Queda poco o mucho de este
personaje u objeto afuera de tu dibujo?
Es
fundamental motivarlos a que observen lo que cada uno hace y que presten atención y dialoguen, de acuerdo a
sus posibilidades, sobre las decisiones y producciones realizadas por sus
compañeros.
Para dar un cierre a estas actividades también se puede poner a disposición de la sala una o varias cámaras fotográficas "reales". Si existe la posibilidad, sería interesante descargar en una PC, junto a los niños, las fotos sacadas para compartir con ellos lo realizado. Tal vez no todos los niños pueden realizar representaciones figurativas a través del dibujo pero sí todos podrán sacar fotos. Por este
motivo este aprendizaje es tan importante.
En una
próxima entrada presentaremos otras
actividades para continuar favoreciendo la educación de la mirada.
Los niños
y la fotografía. Parte II. Más acerca de los diferentes puntos de vista
y el uso de la cámara fotográfica.
Bibliografía:
Dussel, I y
Gutierrez, D: Educar la mirada. Bs As. Manantial, Flacso, OSDE, 2006.
Garriguet,
E: El cine como estrategia didáctica.
Bs As. Nazhira, 2013